El Juego del Ángel

No escribo hace mucho acá, quizás porque no tengo ganas, quizás porque algunos lo conocen y el miedo a la vulnerabilidad todavía existe. Los años que cumplí me dieron una nueva perspectiva sobre el efecto que produce en mí lo que me rodea. Y uno empieza a recapacitar sobre lo que uno logró o dejó de lograr. Quizás yo siempre quise lograr más y no pude. Quizás me autoexigí demasiado y al final, terminé siendo un personaje más de Toni Morrison.

En la naturaleza, la vida de un organismo depende de su unión con el medio ambiente. Todo lo que se separa está condenado a morir. Cuando nos encerramos en nuestro Yo personal, hasta el punto de alejarnos de los otros, nos encaminamos hacia la destrucción. Si todo lo positivo que obtenemos para nosotros no lo deseamos para los demás, se nos vuelve negativo.

Creí que lo amaba. Su voz, sus pequeños rulos que caen sobre su frente cuando se despeina, sus ojos marrones que penetran tu alma. Ya no veo eso, veo a un ser indiferente, molesto. Su voz chilla en mi cuerpo, su pelo parece una jauría enloquecida, su piel parece estar repleta de serpientes venenosas. Solo siento ganas de escupirle lo que siento, vomitar colores y hundirme en mi charco que balbucea lo que eramos. Te pintaría mi dolor pero nunca lo entenderías y mientras saboreo los diferentes gustos de la amargura, digo "y pensar que lo quería..."