Posiciones
Ayer te recostabas en mi panza y yo estaba con mi vestido ya puesto mientras miraba el celular. Te dedicabas a acariciar mi pierna que estaba entrelazada. Lenta o quizás rápidamente, sentí una molestia en la espalda, era una mala posición y mi espalda cargada de tu cuerpo hacía presión contra el apoyabrazos y me dolía. Me quedé un rato sin moverme, luego movía fútilmente el brazo, quizás así me acomodaría. Me preguntaste si estaba incómoda o si me dolía y te dije “nono, un poco”. Y después ya me acomodé. Hoy pienso cuantas veces me quedé en una posición aunque doliera por no incomodar al otro, entrando en un círculo vicioso en el que yo me lastimo más abstrayéndome, alejándome hasta que no lo aguanto más y vuelvo a vivir.
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