Me preguntaste si me gustaba escribir y titubie y te dije: si, puede ser; mientras tenía una birome en la mano y mi cuaderno y escribía sobre el color azul de tus ojos que se parecía al cielo de ese día y que me traían felicidad. Me preguntaste si algún día quisiese ser escritora mientras escribía sobre tu sonrisa y que me hacían acordar al atardecer y tus dientes al color de la luna, y te dije: no, no quiero ser escritora para escribir sobre personas a quienes no les importo. Y mientras dije eso, traté de describir tu sonrisa que ya ni me acuerdo como era
Dulce, dulce es bailar al ritmo de violines
Y sin embargo, cada hombre mata lo que ama. Que todos oigan esto: unos lo hacen con mirada torva otros con la palabra halagadora; el cobarde lo hace con un beso, con la espada el valiente. Matan algunos el amor de joven y otros cuando viejos; estrangulan algunos con manos de lujuria, otros con manos de oro:el más amable usa el puñal para que el frío llegue antes. Aman algunos poco tiempo, largamente otros. Hay quienes compran y también quienes venden. El acto es cometido a veces en el llanto y otras sin un suspiro. Pues todos matan lo que aman; pero no todos mueren. No muere una muerte de vergüenza un día de desgracia oscura; ni nudo al cuello en la garganta lleva ni paño sobre el rostro; ni caen los pies primero por el piso al espacio vacío El lugar más exaltado es ese trono de gracia al que aspira todo el mundo. ¿Pero quién se erguiría en correa de cáñamo en el alto patíbulo y echaría través de collar asesino su última mirada al cielo? Dulce es bailar al ritmo de violines cuando la v
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